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Alberto Blanco

Tokonoma


No la flor
ni el florero
sino el espacio vacío
donde sucede el milagro del color

No la luz
ni la sombra
sino la ausencia de yo
que capta hasta el más ínfimo detalle

No la casa
ni la intemperie
sino el antiguo umbral
donde se disuelven las contradicciones

No el pabellón
nisiquiera el tokonoma
como albergue de la pintura
que pausada se envuelve en la sombra


No el sí
tampoco el no
que a fin de cuentas
no son la realidad sino sólo palabras

No la voz
ni el silencio
porque las palabras
también son parte de la realidad

Sólo
la belleza
una cierta elegancia
una serenidad eternamentente inalterable

Sólo
el misterio
que se revoca
en la íntima trama del ser



Haiku/ José Juan Tablada



El saúz

Tierno saúz
casi oro, casi ámbar
casí luz...

***

Libelula

Porfía la libélula
por prender su cruz transparente
en la rama desnudad y trémula...

***

Sandía

Del verano, roja y fría
carcajada
¡rebanada de sandía !

Mario Santiago Papasquiaro

Imitación de Li Po


Pomo en mano le canto a la luna
Contemplando azorado su piel de casacada
/sus montañas hondas/
su ojo en mis ojos me deslumbra
¡Hurra!
Me vengo/ chupándole el culo a la luna
Pomo en mano / la noche revela los sudores del día
El veneno: la musica
toda flor del camino
son lunares eternos
¡cuerda para saltar!
abandono al recuerdo
De repente / mi mano blande -grande seguro-
1 onírica espada de nieve
La luna me besa
Mis barbas relumbran
::Estoy & no estoy::
Afiebradamente transparente
Descubro mi dobre tañendo 1 laúd
Abriendose paso en 1 vagina de nubes

Ulalume González de León



Cielo Entero

Un pájaro corta
el viento o el tiempo

El vértigo en mí
que no tengo alas
pero invento pájaros

Cada uno pone
la mitad del cielo


Francisco Hernández

Fantasma

Amo las líneas nebulosas de tu cara,
tu voz que no recuerdo,
tu racimo de aromas olvidados.
Amo tus pasos que a nadie te conducen
y el sótano que pueblas con mi ausencia.
Amo entrañablemente tu carne de fantasma.



***


Extraño tu sexo. Piso flores al caminar y extraño tu sexo...

Extraño tu sexo. Piso flores rosadas al caminar y extraño
tu sexo.
En mis labios tu sexo se abre como fruta viva, como voraz
molusco agonizante.
Piso flores negras al caminar y recuerdo el olor de tu sexo,
sus violentas marejadas de aroma, su coralina humedad
entre los carnosos crepúsculos del estío.
Piso flores translúcidas caídas de árboles sin corteza
y extraño tu sexo ciñéndose a mi lengua.

Oscar De Pablo

VIII

(poética y crisis)

y para qué carajo
todo esto
si no para plantarse frente al mundo y luego
interrogarlo Uno ya sabe
siembras delante de otra una palabra
no particularmente inusitada
que en su ruido y su clave funcione como espejo
que salte y brille y grite
como espejo
espejeando la luz de otras palabras

pirámide de naipes espejo ante el espejo
mensaje entre mensajes la palabra renace
muy distinta
si se observa a la luz de otras palabras
cosa transfigurada por las cosas abanico de cuerdas
dos vocablos precisos hallados frente a frente
a veces se desnudan
bien Interrogar al mundo
y obtener las respuestas Ése
ha de ser el arte del poeta Bien
y
sin embargo
hay algo

el poeta despide un olorcillo a muerto
y se acurruca estéril en su mesa Algunos
muy notables y todo
dominan el oficio de obtener las respuestas El problema
no es ése
lo que todavía está por descubrirse
son verdadramente
las preguntas


(de Sonata para manos sucias)

Federico Corral Vallejo

Fertilizante

Para cosechar granos de pasión,
cultivé de tus labios la saliva
y crecieron besos en mi boca.

***


Cada vez que te veo
se me hace agua el sexo,
se percibe el pecado
en los pezones de la vida
y su inconundible olor
en el aire flota.

¡Qué lástima
la muerte
viene cargada de ayunos !

Alfredo Urbano

Lo llamaremos Alredo
por no decir caminata
suceso ineliz
personaje nacido
de la nada.


I

Por fin mostró su vocación sin apellidos
y era el vagabundo que obsequió su corazón
a la siempre apreciable virtud de los caminos.

II

Soy como un fantasma que recorre el día
como un heraldo que quiere comprender su muerte.
¿De dónde ese saber de garabato?
¿De dónde este misterio que se llama suerte?

III

¿Cómo cautivar el corazón de los fantasmas,
la dulce carcajada de la muerte
y penetrar al mundo en libertad?
A tiempo estoy de liberar mis atapudes.

Ramón Martínez Ocaranza

[De Icaro a Perseo]

En el alba de llenan los candados de ropa sucia
y de piedras ofensivas.

Porque no cualquier Fausto puede con su Mefistófeles.

Y cuando Zeus estudia siquiatría
se multiplican las palabras de las columnas
y los terribles ascensores se cortan la lengua
con una navaja de mil filos.

Todo el ideal de la fotografía
sería captar el último gesto de amargura
de los perros que se mueren de hambre
o cuando va pasando lo blanco de las magnolias
al amarillo de la muerte.

Las furias desconocen que la gran perfección está en
los pianos
que lloran en las casas de empeño,
donde la soledad explica sus lirios invisibles
y donde cada quien puede soñar
una prefabricada circunstancia;
o le puede pedir las cuentas a los dioses
para que nadie se trague sus testículos.

Por las heridas de los cactos brotan flores
como las brujas pueden transformar a los ángeles en puercos
o a los puercos en ángeles;
o como los geranios lloran debajo de las escaleras vacías.

Cuando quemamos las circunferencias,
es como cuando el tiempo se pone a llorar por los caminos
porque no sabe para qué sirven los caminos
y da gritos de loco.

Esto de recoger las lágrimas del mundo
para limpiar mis lágrimas
es un secreto que viene de los jeroglíficos
que se escribieron antes de las piedras;
cuando la soledad del hombre sollozaba
en las novelas subsantivas
del despertar del sueño de los círculos.

Y ser en el no ser del Ser pateado por los dioses
quiere decir que un habitante del barrio más pobre de la
tierra
puede ser un Perseo lleno de rabia
para matar Gorgonas,
o puede ser un Icaro para largarse con alas de petate
en busca de un planeta menos idiotizado por las brujas.

Alfredo Urbano

I

Para ti:
Mi última versión
mi pensamiento que es de siempre.
Para ti:
Mi extraña criatura
mi monstruo inacabable del amor.


II

Alguna vez temí a la consideración de los ególatras
frustrada condecoración de la destreza
y en la noche más simple
el argumento trivial de la conciencia.


III

No necesito vivir del argumento
pues no soy discutible a mi persona.


IV

El hombre no viene a aprender de los maestros;
simplemente se viene a motivar.


V

Mentalmente no existe más verdad que la propia
Nadie existe para nadie; sino hasta que alguien
se decide por el algo.


VI

Dios no existe más de una hora seguida;
con esto digo que el amor no es verdadero.


VII

Soy... fui... la conciencia del rato.

Federico Corral Vallejo


Pan con lo mismo
Con toda la ventaja del mundo
hoy busqué a la inspiración
donde sabía que no estaba
sólo encontré
un pastel con relleno de pereza
que me incitó a la gula,
harto de pan con lo mismo
llegó una musa encabronada
me sacó de la oreja izquierda
y todavía es hora
que no escribo que valga la pena
y de esto hace
28 años 3 meses y 26 días.

Francisco Hernández

RADIOGRAFÍA

este poema huele a esperma
a sudor de negra
a pantalón traído de la tintorería:
al amanecer
sabe a vodka con hielo
a camarón gigante
o simplemente a madres.
es más ligero que el sexo de una hormiga
pero no se puede amplificar
ni humedecer
dada su calidad de combustible

Federico Corral Vallejo


Como tú no hay nadie,

emerges del romance 853 veces por minuto.

Juegas a ser hotel

y te conviertes en suite presidencial.


Me haces el amor entre cortinas de seda

ceñidas a tu cuerpo de ventana.

Hacemos cortocircuito

tendidos sobre la alfombra.

Vuelvo a la cordura

y me visto con la lluvia que inunda la ciudad.


El agua escribe un recado en la espalda del cansancio.

La vida germina en tus venas con la certeza de la muerte.

Ulalume González de León

PROBLEMA

Calcular
(dado el producto de la multiplicación de las caricias
el número de golpes de ala por segundo con que la pasión
compensa el peso de los cuerpos
la velocidad adquirida al pensarnos
la resistencia del aire a todas nuestras iniciativas voladoras
el intervalo admisible entre la temperatura máxima y la
temperatura mínima del deseo
las intermitencias con que fabricamos nuestra continuidad
el margen de error tolerable para un ingreso simultáneo
en el olvido que sabes
las probabilidades de reincidir por falta de recuerdo
la mayor o menor necesidad de un postre metafísico al
banquete carnívoro
el porcentaje de limaduras virutas rebabas que pueden ser
recicladas in situ
y la fuerza de gravedad de toda alegría
y la trayectoria asíntota al más estrellado techo)
la condición necesaria y suficiente de este amor.

Ramón Martínez Ocaranza

Elegía de la razón pura

hay construcciones
como cuando el tiempo...

El odio es
la parte que nos toca
de la señal.

Es falso
lo del camello y la aguja.

Las palabras
tienen violentos choques
en sus núcleos.

Y cuando se definen
los amores,
nace la rabia
que los mata.

En las tabernas
crecen
los conceptos

Y hay salmistas que odian
los talleres de salmo.

Shakespeare tenía razón:
el amor se construye
con el metal del odio contra el odio.

(Enero 16 de 1968)

Enrique Gonzalez Rojo

Filosofía

En vez de musa, hay otros
que adoran el fetiche de la filosofía
-la corona de espinas en la sienes
del ansia de saber,
el espejismo de la metafísica
en el desierto de lo natural-
y creen ser grandes poetas
al hablar de conceptos, lógicas, paralogismos,
en lugar de magnolias,
pasiones,
golpear de puertas
espalda de la mujer amada
yéndose para siempre.




Alfredo Urbano

En tiempo de teoría

La formación gramatical de un ego
no es más allá de la milésima del alma
no más allá de un eco repartido
y una conciencia que juega la palabra.

Es deformar la ausencia retardada
con sentimientos jamás establecidos
es refugiar angustias olvidadas
en el eterno dolor nunca parido.

Es sólo eso de jugar a la teoría
de igurar un momento la esperanza
hueca manera de estar la paz podrida.

Falsa silueta que vas de cama en cama
en ansia singular y desabrida
a corromper la verdad de mis fantasmas.

Ayer todo trajecito de marinerito azul
hay veces que todo inocencia mostrábame
en los charcos.

Y dicen que fueron días felices
después, fotografía de pared,
archivaron mi rostro.
le inventaron su sonrisa
y se olvidaron que tuve que crecer
y se olvidaron los días que fueron.



(La formación gramatical de un ego)


Alfredo Urbano

Las primeras controversias de la mente

¿Soy o no soy? mientras refuto
ete ilogimo extraviado de la mente:
todo es un acto inutancial de la materia
todo e un juego aboluto de la suerte

¿Y ete etado mental es lo que fuerza
a seguir elaborando nuevas forma?
¿O e vigilia angustioa que e cuelga
de las múltiples conciencas milagrosas?

¿Quién lo sabe? Soy estado mental que se deforma.
¿Soy extraña controveria ante la muerte?
¿oy materia que se pierde en la memoria?

¿Soy acaso algun eco casi humano
que me dicta los principios inconscientes
del poder que llevaron los humanos?
¿Quién lo sabe?

Cócomo reconstruirte de nuevo a la mañana
si los muchos pedacitos de tu sombra
se los llevó mi adrede
-sitio habitual para esconderte la memoria.
hoy abro la novela de tu risa
en biblioteca polvorienta de otra historia.

¿Dónde ocurrirá la sonrisa del maestro?
¿De dónde su semilla?
El arraigo de raíces y de sueño
Aterradora forma de iniciar con la palabra
la época del frío.
Cosmos que abre soledad civilizada
y todo porque siente nostalgia de infinito
Idea placentera y de señal
¿Vendrá de astro, la infinita
bondad de hombre con alas?

¿Quién hizo del amor el garabato eterno?
¿Quién?
¿Y quién hizo de la duda primitiva un logro?
¿Quíen?
¿Por qué se formaron caminos, rostros y valores?
¿No escuchas?
El mundo gira enfermo, hoy falta la sonrisa de los locos.

Y relajé la mirada en la cualquier palabra
entonces descendí al oscurantismo de la vida...

Del cuarto rincon de los fantasmas
interesante majestad la de mi sueño.

Oscar De Pablo


ETIÓPICAS

Qué implacable verdad este conjunto
arbitrario de células que mi nombre unifica,
esta cambiante suma de fragmentos: ése
que abrió los ojos al recibir el día,
el que sale del baño rascándose la nuca…

pero cedo ante el tópico de las esencias
y me declaro uno: desde el verso primero,
conjugo fatalmente en primera persona,
aprovecho el instante para fingir que pienso,
me incorporo distinto,
denuncio la mentira de los pájaros,
frente a ellos afirmo mi silencio
y así me reconozco: El mundo ocurre,
ocurre la materia dorada y crepitante, la materia
se yergue, se desordena en órdenes complejos,
marabunta,
ciega puesta en escena de lirismos autistas,
universos privados, diminutos,
siempre orgullosos de su misterio interno,
sus mínimas Verdades Trascendentes,
sus purezas que forman, consteladas,
esta mierda de mundo: la asquerosa entropía del universo.

Decido pese a todo abrir mi puerta.

Salgo. Respondo a la retórica vacía
del viento entre los árboles: escudriñar sus ecos
como un lenguaje arcano, detenerme a trazar constelaciones verdes,
basta para probar mi cobardía, mi personal secuencia
de marasmo,
inmóvil y ridícula ante el tiempo que ocurre: Pánico de no ser,
terror que se disipa ante una sed cualquiera
o frente a la idea misma del deseo.
Recompongo en la práctica mi esencia
y así me reconozco:

Como el poeta que baja del Parnaso
para encontrarse en medio de Avenida Cuauhtémoc,
puro y estúpido como recién nacido, sordo de infinitud, lúcido, quieto,
empezando a entender, en su torpe ternura,
el mensaje furioso de algún claxon:
Hacerse a un lado, claro, llegar a la banqueta,
fecundar la ciudad y habitar en el día,
ser un punto del día,
descifrar el oxigeno esmaltado de roca,
sobrevivir sin preguntarse nada,
aceptar la ciudad, la Colonia Narvarte,
como quien corta un higo verde y se lo come,
darle a la calle una existencia plena
al llenarla de pasos,
y entender que la calle me ocurre como el mundo,
que la calle no existe hasta que yo la cruzo, que yo tampoco existo,
que la calle no es sino mis pasos
y yo, peatón, no soy
sino la calle. Cuando llegue a la esquina,
seré otro.

Pero no, pero no. La calle no es un medio sino un fin,
un movimiento rumbo al movimiento,
un flujo rumbo al flujo, una búsqueda ciega
cuyo unico destino es prolongarse.
Camino que no lleva sino al camino mismo,
hay el ruido de lucha de un río que desemboca,
y la ciudad es eso. Mis pasos son la meta
de mis pasos: hambre de nuevas hambres de mañana.

Miro el reloj, busco reconciliar el griterío
de ceniza dispersa: ya son las nueve y veinte,
y la esquina de Xola cin Cuauhtémoc
reclama su existencia,
se constituye en términos concretos, erizada de ángulos,
donde un conjunto de materia orgánica
se torna en ser humano por saberse sediento; miro el reloj,
antes de entrar al metro,
me compro un boing de mango.

Ramón Martínez Ocaranza

Cántico Primero
La Flor Del Odio

La Flor del Odio clava sus raíces
en las esquinas de los círculos:
también existen tumbas
en los espejos olvidados.

Cuando los trenes suben
las escaleras de la muerte,
es porque las campanas;
o porque las estrellas

Cada reloj decide su estatura
de corales dormidos.

La luna reconoce que la noche
se hizo para ver caballos muertos.

Porque mi corazón es un camino
de espaldas y de espumas:
para que cada quien encuentre su ventana
donde llorar

Las amapolas saben
que la danza termina
cuando comienza el viento.

Pero de nada sirve
que la raíz se vista de jaguares,
si para comprender las escrituras
no nos llenamos de magnolias.

Julio 23 de 1967
(Elegía de los triángulos)