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Constantino Cavafis

TERMINADO

En medio del temor y las sospechas,
con espíritu agitado y ojos de pavor,
nos consumimos y planeamos cómo hacer
para evitar el seguro
peligro que así terriblemente nos amenaza.
Y sin embargo estamos equivocados, ése no está en nuestro camino:
falsos eran los mensajes
(o no los escuchamos, o no los entendimos bien).
Otra catástrofe, que no la imaginábamos,
repentina, violenta cae sobre nosotros
y no preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata.

Constantino Cavafis

TERMINADO En medio del temor y las sospechas, con espíritu agitado y ojos de pavor, nos consumimos y planeamos cómo hacer para evitar el seguro peligro que así terriblemente nos amenaza. Y sin embargo estamos equivocados, ése no está en nuestro camino: falsos eran los mensajes (o no los escuchamos, o no los entendimos bien). Otra catástrofe, que no la imaginábamos, repentina, violenta cae sobre nosotros y no preparados -de dónde tiempo ya- nos arrebata.

Constantino Cavafis



Jura

Jura con frecuencia empezar una vida nueva;
pero cuando llega la noche, con sus consejos,
tentaciones y promesas...

Cuando viene a noche, con sus instintos,
deseando, buscando...
accede sonriente a su acostumbrado placer.


Constantino Cavafis


Desde las nueve

Doce y media. El tiempo pasó rápido.
Desde las nueve cuando encendí la lámpara
me senté aquí, sin leer,
sin hablar.
¿Con quién podría hablar solo en esta casa?

Desde las nueve cuando encendí la lámpara,
la imagen de mi joven cuerpo me persigue
recordándome cuartos cerrados y perfumados
de placeres extintos, atrevidos goces.
También trajo mi memoria calles ahora irreconocibles.
llenas de movimiento y ahora cerradas,
teatros y cafés que ya no existen.
La imagen de mi joven cuerpo apareció
y me trajo tambinén recuerdos tristes,
congojas familiares, separaciones,
afectos de mi gente, distanciamientos,
recuerdos de los muertos poco amados

Doce y media, ¡cómo vuela el tiempo!
Doce y media, ¡cómo pasan los años!


Constantino Cavafis

En la noche

De todas formas, no hubiera durado.
La experiencia de los años me lo ha demostrado.
El destino puso un fin abrupto.
Fue breve ese tiempo
pero qué fuertes sus perfumes
y en qué cama esplendida estuvimos.
Y qué sensualidad dimos a nuestros cuerpos.
Un eco de los días sensuales volvió,
algo del fuego juvenil que comparimos.

Tomé de nuevo una carta entre mis manos,
y leí y releí hasta que la luz se fue.
Melancólico salí al balcon
para olvidar mis pensamientos, por lo menos,
viendo la ciudad que amaba,
un poco de movimientos en la calles y en las tiendas.


Constantino Cavafis

Velas

Los días futuros se yerguen ante nosotro
como una hilera de pequeñas velas encendidas,
ilminadas, tibias, vivas.

Quedan atrás los días pasados:
una triste línea de velas consumidas;
aún humean las más cercanas.
Velas frías, derretidas, deformes.
No las quiero ver, me entristecen sus formas
y me aflije el recuerdo de su primera luz.
Veo hacia adelante, a mis velas encendidas.
No quiero tornar al pasado,
no quiero estremecerme al verlo.

Qué rapido se alarga la línea sombría;
cuán pronto se multiplican las velas extintas.

Constanino Cavafis


Murallas

Sin consideración, sin lástima, sin pena
me encerraron en altas y sólidas murallas.

Ahora estoy sentado aquí sin esperanza.
No pienso en nada más. No hay esperanza.
No pienso en nada más; a mi alma la devoró la suerte.

¡Eran tantas las cosas que pude hacer afuera!
¿Por qué no me di cuenta cuando levantaron las murallas?

Nunca escuché los albañiles, nunca un ruido...

Imperceptiblemente me encerraron fuera del mundo.

Constanino Cavafis


Regresa

Regresa con frecuencia y tómame,
amada sensación; regresa y tómame.
Cuando despierte el recuerdo de mi cuerpo,
y el antiguo deseo me recorra la sangre,
cuando los labios y la piel recuerden
y sienta aquellas manos que aún me tocan,
regresa con frecuencia, y tómame en la noche
cuando los labios y la piel recuerdan.