Cesar Eduardo Brizuela


A veces alguien llega


despertaba siempre en el mismo lugar

No en la misma posición

pero en el mismo lugar donde me acostaba

Cuando abría una cerveza

era cerveza lo que tenía su contenido

en la mañana medía casi lo mismo que en la noche

misma cara el mismo pelo

no había Nada sorprendente


La gente puede morir

Y es normal que nos muramos

pueden haber guerras

terremotos

aviones chocando contra edificios

clonaciones

Y nada

todo normal

Nada extraordinario


Pero a veces alguien llega

y es ahí cuando se comienza a dudar


Cesar B./ Valparaiso

Sophia De Mello Breyner Andresen


Camoens y la renta

Irás a palacio. A pedir que la renta
Te sea cancelada el día convenido
Este país te mata lentamente
País que llamaste y no responde
País que nombras y no nace

En tu perdición se concertaron
Calumnias desamor envidia ardiente
Y nunca faltaron enemigos
A quien se atreve a ser enteramente

Y aquellos a los que invocaste no te vieron
Porque estaban encorvados y doblados
Por la paciencia cuya mano de ceniza
Apagó los ojos en sus rostros

Irás a palacio irás pacientemente
Pues no te piden cantos sino paciencia

Este país te mata lentamente

Nikiforos Vretakos.

El pañuelo celeste


No es montaña. No son rayos de

Luna. Aquellos que asomó

Allá abajo, en el fondo – pero ¡mira!

Es la paz. Saluda al mundo

Ese pañuelo que tiene en su mano yo se lo regale




Hans Arp


La edad vive de cabello en cabello

A través del aire que ha quedado huérfano

Vive como un huevo

Que empolla frutas

Sobre una cuerda tendida entre dos alas

El aire tiene la edad de las alas

Las frutas nacen de las alas

La hojas de las alas sangran

Sobre las colas del aire


[..]

Andy Warhol

Victor Sosa

((des)encuentro)

mira(s) y (no) ve(s).
la luz dora(da)
(d)el
trigal(;).

el(la) sol(a-te):
llama(-,pa)rada
nerviosa
entre los surcos(.).

Sunyata

Alfredo Urbano

Las primeras controversias de la mente

¿Soy o no soy? mientras refuto
ete ilogimo extraviado de la mente:
todo es un acto inutancial de la materia
todo e un juego aboluto de la suerte

¿Y ete etado mental es lo que fuerza
a seguir elaborando nuevas forma?
¿O e vigilia angustioa que e cuelga
de las múltiples conciencas milagrosas?

¿Quién lo sabe? Soy estado mental que se deforma.
¿Soy extraña controveria ante la muerte?
¿oy materia que se pierde en la memoria?

¿Soy acaso algun eco casi humano
que me dicta los principios inconscientes
del poder que llevaron los humanos?
¿Quién lo sabe?

Cócomo reconstruirte de nuevo a la mañana
si los muchos pedacitos de tu sombra
se los llevó mi adrede
-sitio habitual para esconderte la memoria.
hoy abro la novela de tu risa
en biblioteca polvorienta de otra historia.

¿Dónde ocurrirá la sonrisa del maestro?
¿De dónde su semilla?
El arraigo de raíces y de sueño
Aterradora forma de iniciar con la palabra
la época del frío.
Cosmos que abre soledad civilizada
y todo porque siente nostalgia de infinito
Idea placentera y de señal
¿Vendrá de astro, la infinita
bondad de hombre con alas?

¿Quién hizo del amor el garabato eterno?
¿Quién?
¿Y quién hizo de la duda primitiva un logro?
¿Quíen?
¿Por qué se formaron caminos, rostros y valores?
¿No escuchas?
El mundo gira enfermo, hoy falta la sonrisa de los locos.

Y relajé la mirada en la cualquier palabra
entonces descendí al oscurantismo de la vida...

Del cuarto rincon de los fantasmas
interesante majestad la de mi sueño.

Constantino Cavafis


Desde las nueve

Doce y media. El tiempo pasó rápido.
Desde las nueve cuando encendí la lámpara
me senté aquí, sin leer,
sin hablar.
¿Con quién podría hablar solo en esta casa?

Desde las nueve cuando encendí la lámpara,
la imagen de mi joven cuerpo me persigue
recordándome cuartos cerrados y perfumados
de placeres extintos, atrevidos goces.
También trajo mi memoria calles ahora irreconocibles.
llenas de movimiento y ahora cerradas,
teatros y cafés que ya no existen.
La imagen de mi joven cuerpo apareció
y me trajo tambinén recuerdos tristes,
congojas familiares, separaciones,
afectos de mi gente, distanciamientos,
recuerdos de los muertos poco amados

Doce y media, ¡cómo vuela el tiempo!
Doce y media, ¡cómo pasan los años!


Haiku/ Matsuo Bashoo

Este camino
ya nadie lo recorre
salvo el crepúsculo

----


Nada indica
en el canto de la cigarra
que pronto estará muerta


Matsuo Bashoo

Victor Sosa

I

La vida de los fenomenos
metafísica budista que asalta la razón

esas tortillas amasadas por manos anónimas me dan una
certeza (¿ de qué? pero ahí está), como ciertos olores
o cantos. como imágenes claves que nos sorprenden
-dije nos sorprenden- actuando cual demonios o santos.
esas tortillas me dan una certeza: certeza de incerteza.

¡sorpresa! descubro un objeto. está a mi lado, tan cerca
que lo podría tocarcon la mano o con el pie. lo toco con
el pie. es un aparato eléctrico con un simpático cable verde
que termina en un tomacorriente de cuatro entradas. a pesar
de su fealdad verlo es alentador. se particulariza, aquí, sobre
la arena. lo miro y no puedo vincularlo con nada. tiene una
rueda en la parte superior: su empeño era girar. ¿girar para
qué? quien lo formuló y quienes lo formularon lo sabían. pero
ya no sirve a esos fines. puedo contemplarlo como a un
objeto de arte o, con más tiempo y esfuerzo, como a una
extraña raiz. puede, si sobrevive a los siglos, fundar religiones.
entonces le insuflaran un alma los sacerdotes y los poetas lo
colmaran de atributos.


[...]



(Fragmento I de Textura en Sunyata)

Victor Sosa

mitología de Occidente: mitología de la pasión/ un hombre
clama a Dios por su alma que arde: San Agustín y las
trampas de la duda/ Nosferatu se sienta con su futura
víctima lamentandose por siglos de soledad/ pero estamos
salvados: Gauguin nos inventó una nueva metafísica,
nos dio a nosotros - los modernos- i no una nueva religión
í una nueva religiosidad/ un arte sin dios: un arte
deificado/ y la veneración fue general/ ¡los hombre
-inteligentes- del siglo XX tenemos la forma más cívica
de religiosidad: el Arte!/ pasión furiosa por inventar:
Occidente/ pasión por lo imposible/ y la fe necesaria:
éxtasis en Santa Teresa/ la oreja amputada de Van Gogh/
la necesidad del acto: la fe - la búsqueda- lo imposible/
intentos de lo imposible (Bataille)/ intento de mayores
realidades/ más allá de todo esto que nos conmueve:
makios/ ilusiones & desilusiones/ encantos & desencantos/
la ilusión de los hombres "libres"/ ¡siempre tanta necedad,
tanta necedad!/ nos inventamos también el Oriente: los
crisantemos y hasta las barbas de Chuang Tsu/ todo para
recrearnos/ es un recrear y recreer: pensar otra
vez el mundo/ poder comparar y - con un poco de suerte-
poder comprender/ pero no/ optamos por el voluptuoso
sufrimiento
/ ese que sólo el Occidente nos puede dar/
ah, el paternalismo de nuestra querida civilización/ - no
hay como la casa de uno-/ condenados a pensar y a ser
de acuerdo con leyes naturales que nos son ajenas/: la
Historia, nuestra madre omnipresente/ la que está a punto
de romper el jarrón/ las alternativas son pocas:
enloquecer/ o santificarse/ la virtud del autismo o
la humildad eremítica/ salvarse, por la espada o
el perdón/ pero salvarse/ eso clamamos eso reclamamos
A. Artaud se da por enterado (no es recomendable negar
la ficción - ésta- de forma extrema/ amable, muy amable
la imaginacíon del hombre puro carece de efectos especiales
el objeto de la metáfora es la metáfora/ no hay
intermediarios entre la realidad y lo que la piensa/ "somos
muertos con permiso" Lenin/ somos el pecho y somos
la espada/ Kandinsky descubre la pintura abstracta
viendo un cuadro suyo al revés/ otros descubre lo mismo
-en esencia- sin necesidad de dar vuelta nada: se fueron
de este mundo/ perdiendo el habla/ voluntariamente
perdieron la cabeza/ he aquí una cabeza/ poblada de
ideología/ de moral/ los buenos políticos/ las buenas
amas de casa/ también los buenos artistas necesitan de una/
ciertamente, otros esperaron la Gracia/ los menos
no esperaron nada/ San Francisco enseñaba la pobreza
para nada/ sin gracia sin cielo sin buenaventuranza/
¿un cristiano taoísta?/ todos los misticismos se tocan/
todo místico descubre verdades que le hacen trascender
su propia doctrina/ " si encuentras al Buddha, matalo"/
¡ah, las aspas de los molinos, Sancho!/ las glorias
de Alejandro de Macedonia no desaparecieron en el polvo/
se resolvieron en el polvo/ ese transmisor, generador
de historia/ Gandhi/ la música de Portugal/ el toro/ el
de Picasso y los otros/ y las cenizas de Gramsci -el poema
de Passolini y las cenizas de Gramsci-/ las hojas de un
árbol que en este momento caen y que no veo/ el pulso;
el impulso/ el beso/ la fe: invento del corazón/ y la
palabra es la fe/ el último fuego que también será
el primer fuego/ Alicia, ah, Alicia/ la luna siempre
ajena/ el peyote/ los volcanes de México/ los volcanes
de Costa Rica/ el agua la cascada el trueno/ el
estruendo fenomenal de las cosas/ la fricción de las
cosas por el aire/ la friccíon de las cosas con las
coas/ (un cuerpo sobre otro)/ fricción & energía/
producción ininterrumpida/ sin amor sin horror/ el tiempo
no existe/ la vida sí.

(Sunyata)

Oscar De Pablo


ETIÓPICAS

Qué implacable verdad este conjunto
arbitrario de células que mi nombre unifica,
esta cambiante suma de fragmentos: ése
que abrió los ojos al recibir el día,
el que sale del baño rascándose la nuca…

pero cedo ante el tópico de las esencias
y me declaro uno: desde el verso primero,
conjugo fatalmente en primera persona,
aprovecho el instante para fingir que pienso,
me incorporo distinto,
denuncio la mentira de los pájaros,
frente a ellos afirmo mi silencio
y así me reconozco: El mundo ocurre,
ocurre la materia dorada y crepitante, la materia
se yergue, se desordena en órdenes complejos,
marabunta,
ciega puesta en escena de lirismos autistas,
universos privados, diminutos,
siempre orgullosos de su misterio interno,
sus mínimas Verdades Trascendentes,
sus purezas que forman, consteladas,
esta mierda de mundo: la asquerosa entropía del universo.

Decido pese a todo abrir mi puerta.

Salgo. Respondo a la retórica vacía
del viento entre los árboles: escudriñar sus ecos
como un lenguaje arcano, detenerme a trazar constelaciones verdes,
basta para probar mi cobardía, mi personal secuencia
de marasmo,
inmóvil y ridícula ante el tiempo que ocurre: Pánico de no ser,
terror que se disipa ante una sed cualquiera
o frente a la idea misma del deseo.
Recompongo en la práctica mi esencia
y así me reconozco:

Como el poeta que baja del Parnaso
para encontrarse en medio de Avenida Cuauhtémoc,
puro y estúpido como recién nacido, sordo de infinitud, lúcido, quieto,
empezando a entender, en su torpe ternura,
el mensaje furioso de algún claxon:
Hacerse a un lado, claro, llegar a la banqueta,
fecundar la ciudad y habitar en el día,
ser un punto del día,
descifrar el oxigeno esmaltado de roca,
sobrevivir sin preguntarse nada,
aceptar la ciudad, la Colonia Narvarte,
como quien corta un higo verde y se lo come,
darle a la calle una existencia plena
al llenarla de pasos,
y entender que la calle me ocurre como el mundo,
que la calle no existe hasta que yo la cruzo, que yo tampoco existo,
que la calle no es sino mis pasos
y yo, peatón, no soy
sino la calle. Cuando llegue a la esquina,
seré otro.

Pero no, pero no. La calle no es un medio sino un fin,
un movimiento rumbo al movimiento,
un flujo rumbo al flujo, una búsqueda ciega
cuyo unico destino es prolongarse.
Camino que no lleva sino al camino mismo,
hay el ruido de lucha de un río que desemboca,
y la ciudad es eso. Mis pasos son la meta
de mis pasos: hambre de nuevas hambres de mañana.

Miro el reloj, busco reconciliar el griterío
de ceniza dispersa: ya son las nueve y veinte,
y la esquina de Xola cin Cuauhtémoc
reclama su existencia,
se constituye en términos concretos, erizada de ángulos,
donde un conjunto de materia orgánica
se torna en ser humano por saberse sediento; miro el reloj,
antes de entrar al metro,
me compro un boing de mango.

Lionel Ray

La primera metáfora es un epejo extraviado.
la pared se abría donde acaba la mirada: oro frío

cristal sin azogue. las heridas pasan por mis ojos.
mi texto es una alcoba tu sueño es un perfume.

la segunda es una etancia mal amueblada o acaso
simplemente una pradera alfalfa en el balcón.

a veces atraviesas una voz en desorden
el mar en confunsión indivio asolado.

la tercera, una puerta cuya llave e buca
en la sombra que la rechaza, en la sombra dormida.

sabemos dónde empieza el morir de los amantes
la extraña invención del deseo el pensamiento de la sangre.

la última metáfora es un vestido con dibujos
el sol con grandes gestos pálidos frota en él sus tijeras.


(El cuerpo oscuro)

Musiqué

Shuntaro Tanikawa

[...]

Estaba lavando un cenicero de metal oxidado en el cuarto
de baño de la antigua casa de Suginami antes de hacerle
reparaciones, cuando entró mi padre, de unos sesenta años,
vistiendo un kimono negro. Este canasto de ropa sucia hecho
de ladrillos, así, con la mismaa estructura de antes, está en
buena condición -dijo. Se lavó las manos y fue hasta el toallero,
por lo que cres que tengo que cambiar ese toallero más cerca
del lavabo. Mi padre me pregunta si no hay algo raro y le
digo que todo está bien. Mis sentimientos entonces eran lo
mismos que sentía hacia el hombre absorto que era mi padre
hace un mes. De pronto, la escena se torna de largo alcance
hasta el momento en que vi la antigua casa de mi tía desde
el jardín. Mi padre ha muerto -me di cuenta- y dentro del
sueño llore con todo el alma. Cuando abrí los ojos no supe
si en verdad habia llorado o no.

[...]

Yves Bonnefoy

El adiós


Hemos vuelto a nuestro origen.
Fue el lugar de la evidencia, aunque desgarrada.
Las ventanas mezclaban demasiadas luces,
Las escaleras trepaban demasiadas estrellas
Que son arcos que se hunden, escombros,
El fuego parecía arder en otro mundo.

Y ahora hay pájaros que vuelan de una habitación a la otra,
Los postigos se cayeron, la cama está cubierta de piedras,
La chimenea llena de restos del cielo que van a apagarse.
Allí, por las tardes, hablábamos casi en voz baja
Debido a los rumores de las bóvedas, allí, sin embargo,
Formábamos nuestros proyectos: pero una barca,
Cargada con piedras rojas, se alejaba
Irresistiblemente de una orilla, y el olvido
Depositaba ya su ceniza en los sueños
Que sin fin recomenzábamos, poblando con imágenes
El fuego que ardió hasta el último día.

¿Es cierto, amiga mía,
Que no hay más que una palabra para nombrar
En la lengua que llamamos poesía
El sol de la mañana y el de la tarde,
Una para el grito de alegría y el de angustia,
Una para el desierto río arriba y los golpes de hacha,
Una para la cama deshecha y el cielo tormentoso,
Una para el niño que nace y el dios muerto?

Sí, lo creo, quiero creerlo, pero ¿qué sombras
Son ésas que se llevan el espejo?
Y, mira, la zarza crece entre las piedras
En el camino de hierba aún apenas abierto
Por el que nuestros pasos iban hacia los jóvenes árboles.
Hoy me parece, aquí, que la palabra
Es el pesebre medio roto del que se escapa
En cada amanecer de lluvia el agua inútil.

La hierba y en la hierba el agua que brilla, como un río.
Todo está siempre a la espera de que una vez más se lo ate al mundo.
Sé que el paraíso está diseminado,
Es tarea terrestre el reconocer
Sus flores dispersas en la hierba pobre,
Pero el ángel ha desaparecido, una luz
Que no fue, de golpe, sino un sol poniente.

Y como Adán y Eva caminaremos
Por última vez en el jardín.
Como Adán el primer pesar, como Eva la primera
Osadía, querremos y no querremos
Pasar por la puerta baja que se entreabre
Allá a lo lejos, en la otra punta del ronzal, coloreada
Como auguralmente por un último rayo.
¿Se toma el porvenir en el origen
Como cabe el cielo en un cóncavo espejo?
¿Podremos recoger, de esa luz
Que fue de aquí el milagro,
En nuestras sombrías manos la simiente, para otros charcos
En el secreto de otros campos "cercados de piedras"?

Por cierto, está aquí el lugar para vencer, para vencernos,
El lugar de donde salimos esta tarde. Aquí sin fin
Como esa agua que se escapa del pesebre.

Juan Luis Martínez


La probable e improbable desaparición de un gato
por extravío de su propia porcelana


U
bicado sobre la repisa de la habitación

el gato no tiene ni ha tenido otra tarea
que vigilar día y noche su propia porcelana.

El gato supone que su imagen fue atrapada
y no le importa si por Neurosis o Esquizofrenia
observado desde la porcelana el mundo sólo sea
una Pequeña Cosmogonía de representaciones malignas
y el Sentido de la Vida se encuentre reducido ahora
a vigilar día y noche la propia porcelana.

A través de su gato
la porcelana observa y vigila también
el inmaculado color blanco de sí misma,
sabiendo que para él ese color es el símbolo pavoroso
de infinitas reencarnaciones futuras.

Pero la porcelana piensa lo que el gato no piensa
y cree que pudiendo haber atrapado también en ella
la imagen de una Virgen o la imagen de un Buddha
fue ella la atrapada por la forma de un gato.

En tanto el gato piensa que si él y la porcelana
no se hubieran atrapado simultáneamente
él no tendría que vigilarla ahora
y ella creería ser La Virgen en la imagen de La Virgen
o alcanzar el Nirvana en la imagen del Buddha.

Y es así como gato y porcelana
se vigilan el uno al otro desde hace mucho tiempo
sabiendo que bastaría la distracción más mínima
para que desaparecieran habitación, repisa, gato y porcelana.

La seda salivando carne en segundo




Cuando desperté
Tenías horas montando el espejo

La nieve afuera
- éramos, ahí, el pueblo fantasma-
La ventana decodifico el mensaje

Con la cara fatigada de quien duerme sin dormir
Forzando el primer suspiro que me devuelva
- a la vida-

Entre tú y tus pasos
Diferencia de verbo

Funciona


El cerebro funciona

Mi cerebro funciona..


Dicen que el cerebro funciona – ¿Quienes?


No dicen como


Dicen que aun no saben


Mi cerebro funciona..

Aun así el funciona


Distintos cómo


En una mezcla de periódico, cera, óleo

Difícil…

Nikiforos Vretakos.


TRANSMUTACIÓN


Me vuelvo poesía, huyo del mundo,
me reparto
voy
hacia afligidos hermanos. A quedarme en casas
donde no entra el sol

Ramón Martínez Ocaranza

Cántico Primero
La Flor Del Odio

La Flor del Odio clava sus raíces
en las esquinas de los círculos:
también existen tumbas
en los espejos olvidados.

Cuando los trenes suben
las escaleras de la muerte,
es porque las campanas;
o porque las estrellas

Cada reloj decide su estatura
de corales dormidos.

La luna reconoce que la noche
se hizo para ver caballos muertos.

Porque mi corazón es un camino
de espaldas y de espumas:
para que cada quien encuentre su ventana
donde llorar

Las amapolas saben
que la danza termina
cuando comienza el viento.

Pero de nada sirve
que la raíz se vista de jaguares,
si para comprender las escrituras
no nos llenamos de magnolias.

Julio 23 de 1967
(Elegía de los triángulos)

Kiki Dimoulá


Colina de Filopapo

Nunca estuvimos aquí.
La colina no te conoce.
Tu paso no quedó marcado
en ninguna pequeña subida
ni en las suaves bajadas
suena la risa de tu premura.
Tampoco estás inscrito
en las verdes palabras de amor:
en las hojas carnosas de los cactos.
Llenas están de pequeñas cuchilladas de nombres
que no llegan a profundidad

y cierran fácilmente,
Elsi – Dimitris
y flecha.

Y más nombres que pasaron
con una pena duradera.
En la mayoría
el guión de unión entre ellos

ya se ha encorado, se ha borrado.
Y se desconectó el entonces.
Soplan juramentos detrás de las matas
y piedras resbalan.
Amores que suben,
amores que
deslizan.
La tarde siente

una apatía fragante
y todo lo que es tristeza
parece sosiego de follaje.

Los cuerpos de los perfumes
con pesadez abren y cierran sus alas,
con pesadez ignoran:
ninguno huele a desaparición.
¿Dónde estás?
Algo apena a las adelfas amargas
más que su nombre.
¿Dónde estás?
Pero nunca estuvimos aquí.
La colina no te conoce.
Pues me ahorro las asociaciones.
Y así puedo quedar
a la altura de una neutralidad contempladora
para gozar sin molestias
ese ocaso canalla.

Nikiforos Vretakos.

ÉXODO


Todo termina alguna vez: turbios
ríos y noches. Basta que puedas
salvar al fin tu alma, como
la madre salva al hijo
atravesando
un
mar o un incendio.

Athos Dimulá


Heráclito

Nuestros sentidos rompen el mundo
En pedazos. Al combinarlos, componemos
Con ellos muchos otros mundos
Sucesivos. Y esos fragmentos se trasladan continuamente de un mundo al otro,
Circulando en una corriente que,
“más allá de los sentidos”, tal vez
representa el mundo real.

Cuatro puntos

Son tres los asaltos al pasado;

imágenes

humo y espuma


Cuatro las campanadas del deseo...

¡Advertencia!


Te conocí


Te Probé


Me encantaste


Quiero más...

Tantas...

Tantas sillas vacías

Soledades que no intrigan

Las historias adelante:

-juntos-

-Quinientos treinta y seis millones-

¿Cuantas palabra-amor más para hallar en este monte de utopías?

Cansada de mendigar horas

La lejanía del tiempo me estrella contra las sillas

Soledades astilladas

- la taza medio vacía-

Algo se agota.

-Conozco la geometría-

No logro alcanzarlo.

Cantando sin sonido

Siempre canto… siempre sin sonido

A la espera de no esperar bajo los olmos

Sean cerezos o griegos contemporáneos

La canción sale de la garganta

Y a su izquierda

No tengo nada que decir…

Pero quiero decirlo todo.

La búsqueda comienza a las seis a.m.



- primer café-

Una tanda de agua helada sirve para plantearse claro el objetivo del día
Objetivo perdido e las sabanas

Sobre la ranura del desagüe la extensión de mi misma
Y tres estaciones inconexas; entre la cabeza y los pies

A donde sea que se vaya la vida, será mas lejos que el jabón
- segundo café-

Gato izquierda
Tabaco derecha
¿comprendo que pie debo mover primero?
(abrir la puerta es importante) comenzar
con preguntas exactas (monotonía)

si pierdo la cabeza seguro la encuentro bajo la cortina
tres días mas tarde.
-tercer café-

En la calle; carnaval
(la música en mis tímpanos)
Sobre el mantel apenas tres letras

- cuarto café-
La mesa se interrumpe por un espasmo de la Tierra
(inhala, exhala)
Reclama su lugar antes de que encienda un cigarrillo.

Diciembre 08

Ahora puedo recalcar la manera en la que no termino de confundirme con el vaho y tu sonrisa, de embriagarme con el vaivén de tu respiración – acostado a mi lado sin aceptar el grito rítmico de tus deseos- de acurrucarme con el ligero soplo de tu ensueño. Te pienso como una mas de las atrocidades de mi cotidianeidad y no eres siquiera pareja de ella, y tu eco me retumba hasta en la suela de mi zapato izquierdo – pierdo el equilibrio al intentar callarte-. Mi manera de perderte es como en la naturaleza acechándote con el pensamiento y en posición de contorsionista; te elevas más que mis ideas; te pierdo como a un globo de domingo.

Me obligo a correr en dirección contraria -y viajo al sur-

El café en éste otro lado me sabe igual, las nubes no están más empedradas que de costumbre y las palabras de los espectaculares no tienes historias escondidas.

En la noche al soñar contigo me descubro como en una playa desierta, sin conchas ni olas fuertes, ni ruidos de gaviota: me dispongo entonces a compartirte mi río y sus guijarros, ¿y tú los aceptas? Como aceptas mis besos y caricias Mis noticias buenas, malas e indistintas.

Créeme cuando te pido que no temas, mis manos extendidas no son ilusión, no escapes de ellas como de los vendedores ambulantes del metro.

Fernando Pessoa

97.

No tener emociones, no tener deseos, no tener voluntades
sino ser apenas, en el aire sentido de las cosas,
una emoción abstracta con alas de pensamiento,



no ser deshonesto ni no deshonesto, separado o junto, ni igual a los demás, ni diferente de los demás, vivierlos en distinto, separarse de ellos como quien, distraído, se olvida de sí...

Fernando Pessoa

87.

El tumulto concentrado de mi imaginación intelectual...

Hacerle hijos a la razón practica, como los creyentes enérgicos...

Mi juventud perpetua
de vivir las cosas por el lado de las sensaciones y no de las responsabilidades.


[...]



(Fragmento. No, no es cansancio y otros poemas sin fecha. Alvaro de Campos

Jorge Teillier


Cuando yo no era poeta
por broma dije era poeta
aunque no había escrito un solo verso
pero admiraba el sombrero alón del poeta del pueblo.

Una mañana me encontré en la calle con mi vecina.
Me preguntó si yo era poeta.
Ella tenía catorce años.

La primera vez que hablé con ella
llevaba un ramo de ilusiones.
La segunda vez una anémona en el pelo.
La tercera vez un gladiolo entre los labios.
La cuarta vez no llevaba ninguna flor
y le pregunté el significado de eso a las flores de la plaza
que no supieron responderme
ni tampoco mi profesora de botánica.

Ella había traducido para mí poemas de Christian Morgenstern.
A mí no se me ocurrió darle nada a cambio.
La vida era para mí muy dura.
No quería desprenderme ni de una hoja de cuaderno.

Sus ojos disparaban balas de amor calibre 44.
Eso me daba insomnio.
Me encerré mucho tiempo en mi pieza.

Cuando salí la encontré en la plaza y no me saludó.
Yo volví a mi casa y escribí mi primer poema.

Ramón Martínez Ocaranza

Despedacé los ritmos,

las palabras,

el feroz contrapunto del concepto,

y tumultuariamente hice un mitin

en contra de lo bello.



Si quise decir luna,

dije perros muriéndose de hambre.



Si quise decir árboles,

predije la lucha de los hombres.



Nadie puede

dictarme preceptivas

en esta noche bárbara del tiempo

en que doncellas locas se suicidan

y las damas adúlteras se embriagan

y así preparan el advenimiento

de Dios

en sus orgías.



¡Que se vayan al diablo las estrellas!

Yo me decido a ser un tumultuario

contra la horrenda estatua

de la poesía que oculta

la belleza del odio contra el odio

Nicanor Parra


Coitus Interruptus


Zeus se enamoró de una mortal
y no pudiendo pernoctar con ella
puesto que la belleza dijo nó
decidió transformarse en avechucho
desesperado por aplacar su pasión
aunque fuese bajo la forma de pájaro

ella que era aficionada a las aves
se enamoró locamente del cisne
y se le abrió de piernas al instante
sin sospechar siquiera la burla de que era objeto

la dureza del miembro sin embargo
la longitud y el diámetro del miembro
delataron a Júpiter tonante
en los estertores del acto sexual
y el ingenioso dios o lo que fuere
tuvo que eyacular en el vacío

Antonin Artaud

Los mostradores del cinc pasan por las cloacas,
la lluvia vuelve a ascender hasta la luna;
en la avenida una ventana
nos revela una mujer desnuda.

En los odres de las sábanas hinchadas
en los que respira la noche entera
el poeta siente que sus cabellos
crecen y se multiplican.

El rostro obtuso de los techos
contempla los cuerpos extendidos.
Entre el suelo y los pavimentos
la vida es una pitanza profunda.

Poeta, lo que te preocupa
nada tiene que ver con la luna;
la lluvia es fresca,
el vientre está bien.

Mira como se llenan los vasos
en los mostradores de la tierra
la vida está vacía,
la cabeza está lejos.

En alguna parte un poeta piensa.
No tenemos necesidad de la luna,
la cabeza es grande,
el mundo está atestado.

En cada aposento
el mundo tiembla,
la vida engendra algo
que asciende hacia los techos.

Un mazo de cartas flota en el aire
alrededor de los vasos;
humo de vinos, humo de vasos
y de las pipas de la tarde.

En el ángulo oblicuo de los techos
de todos los aposentos que tiemblan
se acumulan los humos marinos
de los sueños mal construidos.

Porque aquí se cuestiona la Vida
y el vientre del pensamiento;
las botellas chocan los cráneos
de la asamblea áerea.

El Verbo brota del sueño
como una flor o como un vaso
lleno de formas y de humos.

El vaso y el vientre chocan:
la vida es clara
en los cráneos vitrificados.

El areópago ardiente de los poetas
se congrega alrededor del tapete verde,
el vacío gira.

La vida pasa por el pensamiento
del poeta melenudo.

Elena Medel

Oficio de poeta

Si yo fuera, de verdad, poeta, susurraría que el imperio de los zares es mi patria, y lo haría con tres horas de sueño y cuarenta de trabajo a mis espaldas. Mangas allá donde los muslos empiezan a definir mi edad y mis aficiones. Puños de encaje. Mis zapatos sobre mi vestido, tan hermoso (los hermanos Rossetti vuelven a estar de moda). El poder. Hablaría de árboles, gritaría oh, mi señor con los ojos en blanco, tocaría mi cabeza con un sombrero, un rayo de colores me cruzaría la frente: mi vida consagrada a la Creación.

Todo eso ocurriría si yo fuera, de verdad, poeta.

Pero no distingo entre lágrima y jazmín. De hecho, extremo mis precauciones al tratar con el mundo de la conjunción adversativa. Jamás falto a mis revisiones médicas. Adoro las burbujas y el azúcar. Aspiro al matrimonio. Descanso los domingos y festivos; al despertar me gusta tocar el cabecero de la cama con la punta de los dedos.

En más de una ocasión me pregunto qué hago aquí.

Constantino Cavafis

En la noche

De todas formas, no hubiera durado.
La experiencia de los años me lo ha demostrado.
El destino puso un fin abrupto.
Fue breve ese tiempo
pero qué fuertes sus perfumes
y en qué cama esplendida estuvimos.
Y qué sensualidad dimos a nuestros cuerpos.
Un eco de los días sensuales volvió,
algo del fuego juvenil que comparimos.

Tomé de nuevo una carta entre mis manos,
y leí y releí hasta que la luz se fue.
Melancólico salí al balcon
para olvidar mis pensamientos, por lo menos,
viendo la ciudad que amaba,
un poco de movimientos en la calles y en las tiendas.


Yves Bonnefoy

Fragmento

Cogeré entre mis manos tu rostro muerto. Lo reclinaré en medio de
su frío. Y con mis manos compondré sobre tu cuerpo inmóvil el atavío
inútil de los muertos


( Del movimiento y la inmovilidad de Douve)

Alain Bosquet

Interrogación

¿y con quién os pensáis que conversa una rosa?
¿Hacia quién creéis que va un perro solitario?
¿Habéis visto que alguno dé consuelo a una piedra
que llora? El cielo azul, asentado en sus vértigos,

¿os creéis que soporta un silencio tan frío?
No seáis inocentes: la silla siempre es viuda,
la ceniza se queja de ser solo ceniza
ignorando de qué. Preguntad al cometa
si a pesar de su brillo halla más soportable
la vida que la muerte. Nosotros compartimos
nuestros afectos con las cosas desvalidas,

el polen transhumante, el lagarto espasmódico,
el pedernal dormido; ¿pensáis que ellos aceptan
tantas burlas y tantos falsos remordimientos?

Constantino Cavafis

Velas

Los días futuros se yerguen ante nosotro
como una hilera de pequeñas velas encendidas,
ilminadas, tibias, vivas.

Quedan atrás los días pasados:
una triste línea de velas consumidas;
aún humean las más cercanas.
Velas frías, derretidas, deformes.
No las quiero ver, me entristecen sus formas
y me aflije el recuerdo de su primera luz.
Veo hacia adelante, a mis velas encendidas.
No quiero tornar al pasado,
no quiero estremecerme al verlo.

Qué rapido se alarga la línea sombría;
cuán pronto se multiplican las velas extintas.

Elena Medel

Tú dejaste inhabitada la isla que me flota entre los muslos:
hoy mi
propio
mástil
carnívoro me destroza por dentro. Ha comenzado el banquete
se retuerce
órbita azul
y en llamas
descubro famélicos los astros. Sé que soy el centro del mundo
y mi diadema besa el suelo, mientras yo imagino que mi útero estalla,
que las paredes de mi entraña se envuelven con pequeñas gelatinas
qué desgracia mía o regocijo tuyo me abocan a esta urgencia
tan convulsa
de palabras estándar

Bajo Tierra

En partes.

Hasta la ultima parte

-hasta el infinito-

Lejos.

Cada vez más lejos

Antes de cristo: “todo cambia”

Después de cristo: “todo permanece”

Ahora: bajo alguna circunstancia

Bajo tierra.


Anónimo

Alfredo Urbano



Si la duda no existiera
no existiría la palabra.
Si hay algunos que hablan de silencio
dicen silencio apoyando la palabra.

Hay silencios que nacen de palabras
y palabras que buscan el silencio

No existe la razón de algún silencio
ni hay silencio sin razón de la palabra.
No afirmo ni niego.
Vivo nivelado buscando la esperanza,
falsa expresión para decir que niego
lo que otras veces afirmo sin palabras.


Yo no digo que busco la verdad a tientas,
a tientas la verdad es ignorada.
No existe en verdad lo verdadero,
lo verdadero existe porque
existen las palabras.
¿y si la comprensión existiera?
Entonces para qué escribir
verdad que no es verdad...
vida que hoy me resulta imaginada.

....




(fragmento extraído de la formación gramatical de un ego.)

Alejandra Vanessa

Der Deutschelehrer

La primera vez que lo vi estaba en la judería
me miró desde su camiseta- a veces ángel,
a veces diablo- y le guiñé el ojo izquierdo
justo antes de tropezar con una nube.
sentí morirme mientras recogía los pedacitos
de pan caídos de mis pestañas.
quise decirle mis nombres y mis defectos, mis poetas,
mis mil besos con tacto a carta, a sobre cerrado,
quise decirle el color de mis calcetines.
después de aquel día no supe mucho más de él
quizás se haya mudado de escaparate- pensé.
Quizás se haya casado con rita hayworth.
quizás.
Quizás, quizás, quizás es que los martes llega tarde al trabajo

Elena Medel

L' Amour est bleu

Cuatro pasos de agua son frontera
entre su ombligo y la autopista.
Confió en la ruta de mordiscos de su espalda

¿Me anochece para siempre esta señal?
¿o es brújula de luz para la tarde?

Shuntaro Tanikawa



Árbol

Muy pronto seré un árbol.
El dedo medio me hormiguea,
hay brotes en mis yemas.
Me descubro otras hojas
en el dedo anular y el índice, y el brazo
se me bifurca en ramas ágiles.
Bajo la camiseta
tengo un tronco rugoso.
Los dedos de mis pies entran al lodo,
agua tibia me sube al bajo vientre.
Voy a dejar de ir a la escuela.
Voy a dejar el beisbol y la pesca.
Voy a quedarme quieto, hasta de noche.
La lluvia me refresca.
Nadie se fija en mí.
Pasan corriendo al lado.
Aquí me quedaré hasta que me seque.
Murmurando, cimbrado por el viento.



Secreto

Alguien oculta algo.
No sé quién,
no sé qué.
Si lo supiera lo sabría todo.
Aguanto la respiración y escucho
el rumor de la lluvia por el suelo.
Algo estará ocultando.
Cae para que sepamos su secreto
pero no puedo descifrar su código.
Me escurro en la cocina,
husmeo,
veo la espalda de mi madre.
También oculta algo.
Piensa en sus cosas mientras ralla un rábano.
Me intrigan los secretos
pero nadie me cuenta nada.
Me asomo al agujero de mi pecho:
sólo veo, nublado, el cielo negro.