Ramón Martínez Ocaranza

Cántico Primero
La Flor Del Odio

La Flor del Odio clava sus raíces
en las esquinas de los círculos:
también existen tumbas
en los espejos olvidados.

Cuando los trenes suben
las escaleras de la muerte,
es porque las campanas;
o porque las estrellas

Cada reloj decide su estatura
de corales dormidos.

La luna reconoce que la noche
se hizo para ver caballos muertos.

Porque mi corazón es un camino
de espaldas y de espumas:
para que cada quien encuentre su ventana
donde llorar

Las amapolas saben
que la danza termina
cuando comienza el viento.

Pero de nada sirve
que la raíz se vista de jaguares,
si para comprender las escrituras
no nos llenamos de magnolias.

Julio 23 de 1967
(Elegía de los triángulos)

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