Diciembre 08

Ahora puedo recalcar la manera en la que no termino de confundirme con el vaho y tu sonrisa, de embriagarme con el vaivén de tu respiración – acostado a mi lado sin aceptar el grito rítmico de tus deseos- de acurrucarme con el ligero soplo de tu ensueño. Te pienso como una mas de las atrocidades de mi cotidianeidad y no eres siquiera pareja de ella, y tu eco me retumba hasta en la suela de mi zapato izquierdo – pierdo el equilibrio al intentar callarte-. Mi manera de perderte es como en la naturaleza acechándote con el pensamiento y en posición de contorsionista; te elevas más que mis ideas; te pierdo como a un globo de domingo.

Me obligo a correr en dirección contraria -y viajo al sur-

El café en éste otro lado me sabe igual, las nubes no están más empedradas que de costumbre y las palabras de los espectaculares no tienes historias escondidas.

En la noche al soñar contigo me descubro como en una playa desierta, sin conchas ni olas fuertes, ni ruidos de gaviota: me dispongo entonces a compartirte mi río y sus guijarros, ¿y tú los aceptas? Como aceptas mis besos y caricias Mis noticias buenas, malas e indistintas.

Créeme cuando te pido que no temas, mis manos extendidas no son ilusión, no escapes de ellas como de los vendedores ambulantes del metro.

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