Este estudio es en realidad sólo
una paciente meteorología del hombre.
Acorta análisis de las mareas del pensamiento
y de las mutaciones de la carne,
que como un planeta silencioso lo atrae.
Cálculo de las corrientes y de los vientos,
de los climas y de las oblicuas
isobaras del espíritu; redacción
de las efemérides corporales.
Observatorio apartado de toda variación
que la mente proyecta sobre el cielo del cráneo.
Pero en todo esto aún
no me arriesgo a prever
el pasaje de los cometas y de las mujeres.
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