Como tú no hay nadie,
emerges del romance 853 veces por minuto.
Juegas a ser hotel
y te conviertes en suite presidencial.
Me haces el amor entre cortinas de seda
ceñidas a tu cuerpo de ventana.
Hacemos cortocircuito
tendidos sobre la alfombra.
Vuelvo a la cordura
y me visto con la lluvia que inunda la ciudad.
El agua escribe un recado en la espalda del cansancio.
La vida germina en tus venas con la certeza de la muerte.
Y me sigue esperando, prometo pronto ir...
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