Anónimo

¿Qué pena podré sentir ante tu presencia ausente

si mis ojos me engañan a capricho del sol y la luna,

de la oscuridad del armario y la del bosque abierto?

¿De donde han de brotar gotas cargadas de atavismos de crepúsculo?

¿Qué más da tocarte con esta piel engañada por un campo fraccionado -que nos fracciona-?

La tinta de tus deseos se deja robar cada luna llena por el flujo constante

-¡el universo esta en nuestra contra! - yo te grito-

y detrás del telón solo se escucha el eco de un ultimo aplauso en solitario…

Víctima de este cuerpo que se alimenta de lo inexistente…

quien te percibe y se sofoca cual ahorcado frustrado…

Te entiendo como en un carrusel…

Giro y giro sin poder hallarte

Tus moléculas se dispersan a sazón del tiempo

y cuando abro los ojos ya no estas…

Parecieras sucederme con el barro en los días de lluvia…

como la calle que me sucede en cuanto cada paso se haya a sí mismo…

como el camino que me reconstruyo y desenmantelo

Me pierdo en las calles y me son tan ajenas como el laberinto sin cable de oro…

-y tú, figura mitológica-

a sombra y viento del instante,

Me dejo sola y a tientas por tu arado

No hay comentarios:

Publicar un comentario