Alberto Blanco

Tokonoma


No la flor
ni el florero
sino el espacio vacío
donde sucede el milagro del color

No la luz
ni la sombra
sino la ausencia de yo
que capta hasta el más ínfimo detalle

No la casa
ni la intemperie
sino el antiguo umbral
donde se disuelven las contradicciones

No el pabellón
nisiquiera el tokonoma
como albergue de la pintura
que pausada se envuelve en la sombra


No el sí
tampoco el no
que a fin de cuentas
no son la realidad sino sólo palabras

No la voz
ni el silencio
porque las palabras
también son parte de la realidad

Sólo
la belleza
una cierta elegancia
una serenidad eternamentente inalterable

Sólo
el misterio
que se revoca
en la íntima trama del ser



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