Fernado Pessoa

Álavaro de Campos

Oxford Now


Quiero el bien, quiero el mal, y al final no quiero nada.
Estoy mal acostado sobre la derecha, y mal acostado sobre la
izquierda
y mal acostado sobre la consciencia de existir.
Estoy universalmente mal, metafísicamente mal,
pero lo peor es que me duele la cabeza.
Eso es más grave que el significado del universo.

Una vez, andando por Oxford, en un paseo campestre,
vi levantarse, de la curva de la carretera, a poca distancia,
la vieja torre de una iglesia por encima de las casas de la aldea
o villa.
Se me quedó fotográfico ese nulo incidente
como una doblez transversal desmembrando el pliegue de los
pantalones.
Ahora viene a propósito...
Desde la carretera yo proveía espiritualidad a esa torre de iglesia
que era la fe de todas las eras, y la eficaz caridad.
Desde la vidda, cuando llegué allí, la torre de la iglesia
era la torre de la iglesia,
y además, estaba allí.

Se es feliz en Australia, siempre que no se vaya allí

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