A los que nazcan más tarde

fragmento

I

¡Realmente, vivo en tiempos sombríos!

La palabra ingenua es necia. Una frene lisa
revela insensibilidad. El que ríe
aún no ha recibido
la terrible noticia.

¡Qué tiempos son estos
en que una conversación acerca de los árboles casi es un crimen
porque implica estar callando sobre tantas fechorías!
Al que va tranquilamente por la calle
¿no podrán ya alcanzarle sus amigos
que están en apuros?

Es verdad: aún me gano el sustento
pero creedme, sólo es casuallidad. Nada
de lo que hago me da derecho a comer hasta hartarme.
Estoy a salvo casualmente. ( si me falla la suerte,
estoy perdido.)

Me dicen: ¡come y bebe! ¡conténtate con lo que tienes!
Pero ¿cómo puedo comer y beber cuando
le quito al hambriento lo que como
y mi vaso de agua le hace falta al sediento?
Y, sin embargo, como y bebo.

Me gustaría también ser sabio.
En los libros antiguos pone qué es ser sabio:
apartarse de las querellas del mundo y nuestro breve tiempo
pasarlo sin temor,
saber también comportarse sin violencia,
devolver bien por mal,
no satisfacer los deseos, sino olvidarlos
pasa por cosa de sabios.
Yo no puedo hacer nada de eso:
¡Realmente, vivo en tiempos sombríos!

[...]


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