Abd Al-Wahhab Al Bayati

EL POETA SE DISCULPA POR TAN BREVE DISCURSO

Señoras y señores:
mi discurso será breve,
pues detesto que las palabras ocupen todo mi tiempo.
Mi lengua
no es una espada de madera.
Mis palabras, señoras, son de oro.
Mis palabras, señores, son racimos de cólera:
no estoy borracho, sino harto.
Las velas se han apagado,
las noches son frías.
Y yo llevo mi corazón en una maleta
como un niño muerto cuya cruz se hundió en el llanto
después de mil traiciones, tras un millar de sucias mentiras.
Mi discurso ha sido breve:
no estoy borracho, simplemente me burlo
de mi propio dolor.
Yo no soy el César,
pero Roma está ardiendo por los cuatro costados.
Y mi alma se ahoga
bajo mil traiciones, entre un millar de sucias mentiras.
Adiós, pues,
señoras y señores.

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