Armado hasta las bolas
Con prensas en la cabeza que no permiten pasar el oxigeno a su cerebro
Con botas que apresuran los pies
Y ocultan sangre bajo la cera recién pulida
- cera que paga el pueblo con su sudor-
Protegidos hasta los dientes
Con justificaciones baratas de orden social
Con los puños y el corazón cerrados
Manipulados por unos cuantos billetes
Afuera los peregrinos que exigen ser escuchados
Abajo los hombres vestidos de mantas que rinden ofrenda al fuego
Bajo tierra los gritos desesperados de mujeres violadas
La comunidad deja de ser comunidad:
Gas lacrimógeno
Metralletas
Pistolas
Bastones
Piedras
Y unos tacos de canasta
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